¿"Desastres naturales" o "peligros naturales"?: la manera en que deberíamos comunicarnos ante los eventos extremos
¿Qué término se recomienda verbalizar de acuerdo a nuestra actualidad?, ¿existe alguna diferencia que no se había considerado? Sorpréndete con los resultados que revela un nuevo estudio.
Los impactos de los "desastres naturales" están aumentado a través de una combinación con el crecimiento demográfico. Esto provoca que más personas y propiedades sean vulnerables en áreas propensas a riesgos y a un aumento en la frecuencia y gravedad de eventos meteorológicos de alto impacto, como aquellos impulsados por el cambio climático.
Particularmente se sabe desde hace mucho tiempo que Wellington, capital de Nueva Zelanda, corre un riesgo objetivamente alto de sufrir un terremoto devastador, pero la preparación de los residentes es relativamente baja. Para dar respuesta a esta situación, el estudio "Natural Hazard Versus Natural Disaster: Does Framing the Event Affect Preparedness Intentions, Attitudes, and Behaviour? publicado en Social Psychological Bulletin, se planteó dos objetivos.
Primero investigar ampliamente qué factores se relacionan con las intensiones de prepararse para eventos como terremotos en Wellington. Segundo examinar si las personas responden de manera diferente al preguntarles sobre "peligros naturales" o "desastres naturales". La intención del segundo objetivo es contribuir a una conversación sobre la idoneidad del concepto "desastre natural", proporcionando evidencia a favor o en contra del uso de éste en la comunicación con el público sobre la preparación.
¿Cómo responden las personas ante los términos "peligro natural" y "desastre natural"?
En el ámbito de riesgo, los términos "peligros naturales" y "desastres naturales" se utilizan de manera inconsistente. Es por ello que el estudio utilizó la Teoría de Comportamiento Planificado, llevando a cabo un experimento en línea con una gran muestra comunitaria de 604 personas en Wellington. A la mitad de los participantes se les preguntó sobre sus actitudes e intenciones con respecto a la preparación para los "peligros naturales" y a la otra mitad sobre los "desastres naturales".
El equipo científico encontró pocas diferencias significativas en las puntuaciones medias entre los dos grupos, lo que sugiere que las personas tienen actitudes y percepciones de fortaleza similar tanto ante los "peligros naturales" como ante los "desastres naturales". Es posible que los participantes entendieran el "desastre" como los impactos devastadores de un evento natural, en lugar del potencial impacto que implica el término "peligro".
Tales interpretaciones podrían influir en las percepciones de evitabilidad y en la preparación. Estos hallazgos tienen implicaciones críticas para las campañas de información pública y las intervenciones destinadas a aumentar la preparación para el riesgo que plantean los "peligros naturales".
De acuerdo al estudio, ¿qué término deberíamos utilizar ante los eventos extremos?
Un proceso natural se convierte en un "peligro natural" cuando los humanos son vulnerables a sus impactos. Ejemplo de ello son las personas que viven en edificios inseguros cerca de una falla tectónica que puede generar un terremoto de magnitud considerable.
Pero ¿cómo esta misma situación se transforma en un "desastre natural"? Cuando ocurre tal evento y abruma la capacidad del área expuesta para hacer frente a los impactos. Los desastres también pueden ser biológicos (pandemias y epidemias), antropogénicos y tecnológicos (plantas nucleares y terrorismo) o socionaturales (naturaleza y seres humanos).
Dentro de sus conclusiones el equipo científico sugiere que el término "peligro natural" puede ser más efectivo en la comunicación pública que el uso de "desastre natural". Como los impactos negativos de los "peligros naturales" están aumentando a nivel global, regional y local, es imperativo garantizar esfuerzos para fomentar que la preparación de las personas sea lo más eficiente posible.