Descubre el país más antiguo de Europa, ¡acumula varios récords históricos sorprendentes!
Se trata del único ejemplo viviente de las ciudades-Estado que dominaron el centro y el norte de la península itálica entre los siglos X y XV, fue fundado en el año 301 d. C. por un cantero que terminó convertido en santo.
Año 301 d.C. La mayor parte de la península ibérica se encontraba bajo dominio del Imperio Romano, donde se instituyó una de sus provincias: Hispania. Lo que conocemos como Francia también era entonces otra provincia romana, la Galia. Una extensa área que incluía partes de lo que, siglos después, serían Bélgica, Luxemburgo o Suiza.
En aquella época tampoco existía el Reino Unido. Ese territorio estaba habitado por diversas tribus celtas, y la región estaba fragmentada en múltiples reinos. No fue hasta la llegada de los anglos, los sajones y otros pueblos germánicos, alrededor del siglo V d.C., cuando comenzaría el proceso de unificación y la formación de lo que se convertiría en Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
Diversas tribus eslavas y grupos étnicos ocupaban también el territorio que actualmente corresponde a Rusia. Vivían en comunidades y pequeños asentamientos dispersos a lo largo de los ríos Dniéper, Dvina o Volga. Todavía no aparecía en los mapas Alemania, cuya unificación, liderada por Prusia, se produjo con Otto von Bismarck, el “Canciller de Hierro”, en 1871.
La república más antigua del mundo fue fundada por un cantero cristiano
En aquel contexto, un cantero llamado Marinus el Dálmata abandonó la isla de Rab (en italiano Isola d'Arbe), en la moderna Croacia, escapando de la persecución contra los cristianos iniciada por el emperador Diocleciano.
Marinus consiguió trabajo en la reconstrucción de los muros de Rímini, una ciudad situada en lo que hoy es la región de Emilia-Romaña, en el norte de Italia. Permaneció allí durante doce años y tres meses, en los que aprovechó para profesar la palabra de Dios y acercar a muchos de sus vecinos a la fe cristiana.
Un día, llegó al lugar una mujer de Dalmacia asegurando que era la legítima esposa de Marinus. Ante el rechazo de este, la mujer decidió denunciarle ante las autoridades romanas. Él huyó y se refugió en el monte Titano, donde construyó una iglesia dedicada a San Pedro Apóstol y fundó un pequeño asentamiento cristiano en los terrenos que le dejó en herencia una mujer llamada Felicissima, en agradecimiento por la milagrosa curación de su hijo Verissimo.
De la comunidad monástica a la república
Había nacido la Comunidad de San Marino, el estado soberano más antiguo de Europa y la república más longeva del mundo. También, el único ejemplo que perdura de las llamadas ciudades-Estado que dominaron el centro y el norte de la península itálica entre los siglos X y XV.
Ya en la Edad Media, el asentamiento se convirtió en una comunidad monástica, que más tarde se constituiría en comuna mediante la aprobación de ordenamientos republicanos propios, muchos de los cuales hoy permanecen en vigor y casi inalterados. El 8 de octubre de 1600 se redactó su actual Constitución (la primera del viejo continente).
Durante siglos, ya pesar de múltiples intentos de invasión e innumerables conflictos, San Marino consiguió conservar su independencia, en gran parte por su ubicación, difícilmente accesible, en los montes Apeninos.
El país con más mujeres jefas de Estado y con el primero abiertamente homosexual
Hoy es un microestado europeo, el tercero más pequeño tras la Ciudad del Vaticano y Mónaco, de 61,2 km² −los mismos que Donostia-San Sebastián− y 33745 habitantes, similar a los censados en Mazarrón (Murcia), Almendralejo (Badajoz) o Aranda de Duero (Burgos). También es, junto a la citada Ciudad del Vaticano y Lesoto, uno de los tres países enclavados (totalmente rodeados por otro) del planeta.
Y aún acumula otros tres récords históricos: es el único país del mundo que tiene una jefatura del Estado compartida por dos personas (allí se llaman capitanes regentes) y el que más mujeres la han ostentado en los últimos 60 años. En 2022, también se convirtió en el primer país del mundo en tener un jefe de Estado abiertamente homosexual.
El país menos visitado del continente europeo
Quizás por desconocimiento, o porque su acceso sigue siendo complicado, San Marino es, según la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas, el país menos visitado de Europa. Pero puede que sea precisamente eso lo que haga que conserve todo su encanto.
Rodeado de colinas cuajadas de exuberantes viñedos, San Marino parece el escenario de un cuento medieval (no en vano, el centro histórico de su capital fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2008). Imprescindible visitar las torres Guaita, Cesta y Montale que coronan el monte Titano y recrearse en sus mágicas vistas al atardecer.
Otras paradas obligatorias son la basílica de San Marino, donde se conservan las reliquias del fundador de la ciudad (ya sabéis, Marinus, declarado santo por la Iglesia católica), la iglesia de San Francisco, la calle Basilicius, el monasterio de Santa Clara y el Teatro Titán.
Es también un destino ideal para los amantes del enoturismo, que no deben perderse los vinos del Consorzio Vini Tipici di San Marino: Tessano, Brugneto, Caldese, Sangiovese y Sterpeto. Su aceite de oliva virgen extra, la miel, los quesos, el pan artesano y la deliciosa tarta Tre Monti, su dulce nacional, son otros de los exquisitos bocados que merece la pena probar.
Pero, sobre todo, es un lugar fantástico para quienes huyen de las aglomeraciones y valoran el contacto con la naturaleza que se desborda a lo largo y ancho de esta diminuta república desde la que, en días despejados, se puede vislumbrar el mar Adriático.