Día Internacional contra el Cambio Climático: el acceso al agua es el centro de la actual crisis humanitaria
Este 24 de octubre de 2023 nos recuerda que podemos vivir sin luz eléctrica, pero sin agua es imposible. La falta de este elemento es un hecho que se manifiesta en todo el mundo y repercute indiscriminadamente.
Si bien el clima de la Tierra ha cambiado a lo largo de su historia, el calentamiento actual se está produciendo a un ritmo no visto en los últimos 10.000 años. De acuerdo al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), desde que comenzaron las evaluaciones científicas en la década de 1970, la influencia de la actividad humana en el calentamiento del sistema climático ha evolucionado de una teoría a un hecho establecido.
La National Aeronautics and Space Administration (NASA) presentó 9 evidencias del rápido cambio que vive la Tierra: la temperatura global está aumentando, el océano se está calentando, las capas de hielo se están reduciendo, los glaciares están desapareciendo, la capa de nieve está disminuyendo, el nivel del mar está aumentando, el hielo marino del Ártico está disminuyendo, los eventos extremos están aumentando en frecuencia y la acidificación de los océanos está incrementando.
La tendencia actual al calentamiento es diferente a lo que ocurrió hace milenios, porque es el resultado de las actividades humanas ejecutadas desde mediados del siglo XIX y que han elevado las emisiones de gases efecto invernadero (GEI). Esta energía adicional ha calentado la atmósfera, los océanos y la superficie terrestre, produciendo cambios rápidos y generalizados en todo el planeta.
Por su parte, los núcleos de hielo extraídos de Groenlandia, la Antártica y los glaciares de las montañas muestran que el clima de la Tierra responde a los cambios en los niveles de GEI. También se han encontrado pruebas antiguas en los anillos de los árboles, los sedimentos oceánicos, los arrecifes de coral y las capas de rocas sedimentadas. Esta evidencia antigua o paleoclimática revela que el calentamiento global actual se está produciendo, aproximadamente, 10 veces más rápido que el ritmo promedio de calentamiento después de una edad de hielo.
Migración climática: una de las consecuencias que ha provocado la escasez de agua dulce en el mundo
El agua y el cambio climático están inextricablemente vinculados, exacerbando tanto la escasez de agua como los peligros relacionados con ella, por ejemplo las inundaciones y sequías. Esta escasez ha generado que dos mil millones de personas alrededor del mundo no cuenten con acceso a agua potable en la actualidad y se proyecta que estas cifras sigan aumentando.
"Se prevé que el aumento del nivel del mar ampliará la salinización de las aguas subterráneas, disminuyendo la disponibilidad de agua dulce para los seres humanos y los ecosistemas en las zonas costeras", indica el IPCC. En este sentido, limitar el calentamiento global a 1,5 °C en comparación con 2 °C, reduciría a la mitad la proporción de la población mundial que se espera que sufra escasez de agua, aunque existe una variabiliad considerable entre regiones.
El IPCC también informa que la calidad del agua se ve afectada por el cambio climático, ya que se prevé que el aumento de las temperaturas del agua, las inundaciones y las sequías más frecuentes exacerben muchas formas de contaminación del agua, desde sedimentos hasta patógenos y pesticidas. El cambio climático, el crecimiento demográfico y la creciente escasez de agua ejercerán presión sobre el suministro de alimentos, ya que la mayor parte del agua dulce utilizada —en torno al 70%— se usa para la agricultura.
Soluciones para el acceso al agua dulce que sugiere la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Los ecosistemas acuáticos saludables y una mejor gestión del agua pueden reducir las emisiones de GEI y brindar protección contra los peligros climáticos. Los humedades como los manglares, las praderas marinas, las marismas y los pantanos son sumideros de carbono muy eficaces, ya que absorben y almacenan dióxido de carbono (CO2), lo que ayuda a reducir las emisiones de GEI.
Los humedades también sirven como protección contra fenómenos meteorológicos extremos, pues proporcionan un escudo natural contra las marejadas ciclónicas y absorben el exceso de agua y precipitación. A través de las plantas y microorganismos que albergan, los humedades proporcionan almacenamiento y purifican el agua.
Los sistemas de alerta temprana de inundaciones, sequías y otros preligros relacionados con el agua proporcionan un retorno de la inversión diez veces mayor y pueden disminuir significativamente el riesgo de desastres. Por ejemplo, un aviso con 24 horas de antelación de una tormenta inminente puede reducir los daños resultantes en un 30%.
Los sistemas de suministro de agua y saneamiento que pueden resistir el cambio climático podrían salvar la vida de más de 360.000 niños y niñas cada año. La agricultura climática inteligente, que utiliza riego por goteo y otros medios para utilizar el agua de manera más eficiente, puede ayudar a reducir la demanda de suministros de agua dulce.