Día Mundial del Clima 2025: "Respirar futuro, es cuidar el presente"
Cada 26 de marzo se conmemora el Día Mundial del Clima, una fecha que busca despertar conciencia sobre cómo nuestras acciones están afectando el equilibrio del clima en todo el planeta y recordarnos la urgencia de actuar para proteger nuestro futuro común.

Hay días en que el cielo se nos queda mirando más tiempo del habitual. Días en que el viento parece hablarnos con un tono distinto. El clima, ese acompañante silencioso de nuestras rutinas, no es solo un telón de fondo: es un protagonista que influye en nuestros cultivos, nuestras ciudades, nuestros cuerpos. Está tan presente que, a veces, lo olvidamos.
Desde pequeños aprendemos a leer el mundo a través del tiempo atmosférico. Salimos con paraguas si llueve, buscamos sombra si el calor ahoga, agradecemos la brisa cuando refresca los sentidos. Pero algo ha cambiado. Los ciclos que antes parecían susurrarnos con suavidad ahora gritan. Y cuando el clima alza la voz, no hay quien no escuche, aunque algunos pretendan ignorarlo.
Cada 26 de marzo, el Día Mundial del Clima nos recuerda que hay un equilibrio delicado en riesgo. No es una fecha más en el calendario: es un llamado de atención, una pausa que invita a mirar hacia arriba y preguntarnos qué estamos haciendo. Es un instante de conciencia en medio del ruido.
No hay un lema oficial para este día, pero quizá por eso podemos permitimos imaginar uno que nazca del corazón de estos tiempos. En este 2025, tal vez podamos recordarlo con una frase sencilla pero poderosa: "Respirar futuro es cuidar el presente." Porque el aire que respiramos mañana se decide hoy.

Y se calienta...
No hay que ser meteorólogo para notarlo: el clima se está portando raro. En algunas regiones, la lluvia ya no cae cuando debía, y cuando lo hace, se desborda. En otras, el sol aprieta con tal fuerza que seca la tierra hasta dejarla agrietada, como si el campo pidiera auxilio en silencio. Lo que antes era “anormal” ahora se repite con preocupante frecuencia.
Se espera que los eventos extremos sean cada vez más frecuentes e intensos conforme el planeta siga calentándose. Ciclones más violentos, diluvios, sequía extrema, olas de calor sofocantes. Cada evento deja marcas, no solo en el paisaje, sino en la memoria colectiva de quienes los sobreviven. El cambio climático ya no es un aviso lejano: está aquí, tocando a la puerta.
Y aunque nos afecta a todos, no lo hace por igual. Las personas con menos recursos suelen vivir en zonas más vulnerables, con menos infraestructura para protegerse. Cada ola de calor, cada tormenta, cada escasez de agua, se convierte en una batalla diaria. El clima, que solía ser un bien común, ahora refleja también las desigualdades que nos atraviesan.
2024 rompió el termómetro global. A nivel global, la temperatura promedio superó en 1.55 °C los niveles preindustriales, rebasando temporalmente el umbral de 1.5 °C establecido en el Acuerdo de París. En México, la temperatura registró una anomalía de 2.14 °C por encima del promedio preindustrial (1900-1930), mucho mayor que el aumento global. Y frente a esa realidad, ¿qué palabra nos sostiene?

Lo que compartimos
Hay momentos en que la humanidad necesita más que cifras: necesita palabras que sostengan, que inspiren, que enciendan el movimiento. Frente al desorden que ha traído el cambio climático, un lema no es solo un eslogan: es brújula, es consigna, es memoria. Es la forma de decir “esto importa” sin necesidad de explicarlo todo.
En este Día Mundial del Clima 2025, ¿qué elegimos? Te propongo la frase: "Respirar futuro es cuidar el presente". Pero que no sea un adorno para embellecer carteles. Que se vuelva un llamado que comience en casa, en lo cotidiano, y se extienda hacia los grandes acuerdos.
Porque todo esfuerzo importa cuando se trata de proteger lo único que todos compartimos: el planeta que nos sostiene y nos da vida. El cielo que heredarán los que vienen depende de lo que elijamos hoy. Es tiempo de que se alce la Generación Restauración. Que sea tiempo de cambio, no solo climático.