El dinosaurio mejor conservado jamás encontrado: tiene 110 millones de años y parece un dragón de Juego de Tronos
¿Qué tienen en común los dinosaurios con Juego de Tronos? Un descubrimiento en una mina de Alberta, en Canadá, indica que hubo especies similares a los dragones de la mítica serie televisiva.
¿Puede parecerse un dinosaurio a un dragón? Hasta la fecha parecía difícil imaginarlo, pero un hallazgo inesperado en una mina de Alberta, Canadá, ha cambiado para siempre la comprensión sobre los dinosaurios acorazados. Lo cierto es que hay especies de dinosaurios que parecen dragones de la mítica serie Juego de Tronos.
Concretamente, el descubrimiento casi intacto de un nodosaurio, una especie herbívora y acorazada que vivió durante el Cretácico, hace unos 110 millones de años, ha abierto los ojos de los investigadores. Pero, ¿cómo se ha llegado a descubrir el fósil de dinosaurio mejor conservado de todos los tiempos?
Un descubrimiento accidental
El hallazgo ocurrió de manera fortuita en la mina Millennium, ubicada en el norte de Alberta. En la región, que antiguamente fue un mar, los operarios de maquinaria pesada se toparon con un bloque con un patrón inusual. Al investigar más a fondo, los paleontólogos del Museo Royal Tyrrell se dieron cuenta de que se trataba de un fósil completamente preservado de un dinosaurio. Este descubrimiento fue el comienzo de un proceso de conservación que duraría más de seis años.
El Borealopelta es un nodosaurio, una especie herbívora que vivió hace unos 110 millones de años y que se caracterizaba por su imponente armadura ósea. A diferencia de otros fósiles, este ejemplar se conserva en una forma tridimensional con detalles sorprendentes, como su piel fosilizada, las placas óseas de su armadura, e incluso restos de su contenido estomacal. Estos detalles han permitido a los científicos obtener una visión más completa de cómo era la vida de estos dinosaurios.
¿Cómo se conservó tan bien el dinosaurio?
La principal razón por la que el Borealopelta está tan bien conservado es que su cadáver quedó cubierto rápidamente en el lecho de un antiguo río, sepultado bajo barro y sedimentos. El agua rica en minerales ayudó a preservar sus tejidos blandos y huesos. A lo largo de más de un siglo, las condiciones ideales de conservación permitieron que el dinosaurio quedara prácticamente intacto.
Este nivel de preservación ha sido descrito como “una momia de dinosaurio”, según Don Brinkman, director de Preservación e Investigación del Museo Royal Tyrrell. La calidad de este fósil es tan única que los paleontólogos consideran que no se ha encontrado otro ejemplar igual. La piel fosilizada del Borealopelta, junto con las placas óseas de su armadura, han proporcionado una imagen más detallada y completa de este dinosaurio que los fósiles de otras especies de la misma era.
Un “dragón” prehistórico
El Borealopelta markmitchelli pesaba aproximadamente 1,2 toneladas y estaba cubierto por una armadura de placas óseas. Esta “armadura” no solo lo protegía de los depredadores, sino que también lo convertía en un dinosaurio imponente, similar a un dragón de Juego de Tronos. Además de su tamaño y su armadura, los científicos han propuesto que la coloración de su piel y las estructuras de sus placas podrían haber funcionado como un camuflaje, ayudando al dinosaurio a evitar a sus depredadores.
Aunque no se sabe exactamente cómo murió el Borealopelta, los paleontólogos creen que pudo haber utilizado su imponente armadura para defenderse, y que, tras su muerte, fue arrastrado por un río hasta quedar atrapado en el lecho cenagoso de un antiguo canal marítimo. De ahí, su cuerpo fue preservado durante millones de años.
El Borealopelta markmitchelli no solo ha fascinado a los paleontólogos por su excepcional conservación, sino que también ha dado lugar a nuevos estudios sobre la vida de los dinosaurios con armadura. Gracias a este fósil, los científicos ahora tienen una visión más clara de cómo estos animales vivían y se defendían de sus depredadores.