El Niño 2023: modesto en comparación con los fenómenos de 1997 y 2015, pero con gran potencial de intensificación
En 2023, El Niño se manifiesta con "modestia", en contraste con los fenómenos extremos del pasado, pero su imprevisibilidad mantiene la atención de los científicos. El satélite Sentinel-6 Michael Freilich revela diferencias cruciales en la altura del mar.
El Niño, un fenómeno climático-meteorológico que impacta regiones de todo el mundo, vuelve a estar en el foco de atención en 2023. Este año, sin embargo, se observa que El Niño parece ser relativamente modesto en comparación con los fenómenos extremos de 1997 y 2015.
Pero la advertencia fundamental aquí es que aún podría intensificarse, dando lugar a una serie de cambios climáticos y atmosféricos significativos. De hecho, la temperatura podría alcanzar valores récord durante el próximo año.
En este artículo, exploraremos qué hace que El Niño de este año sea singular, el papel clave que desempeñan satélites como Sentinel-6 Michael Freilich en su monitoreo y cómo los científicos están rastreando estos cambios climáticos.
¿Qué es El Niño?
El Niño es un fenómeno climático-meteorológico que se presenta a intervalos irregulares, generalmente cada 2 a 7 años, en el océano Pacífico tropical. Este tipo de fenómeno se caracteriza por un aumento de la temperatura superficial del mar en esta región. Este aumento de temperatura provoca cambios en la atmósfera y los patrones climáticos en todo el planeta, lo que puede provocar por ejemplo un aumento de la temperatura del aire en otras regiones.
El agua se expande cuando se calienta, por lo que el nivel del mar tiende a subir en regiones con aguas más cálidas. El Niño también suele asociarse con niveles del mar más altos que el promedio y temperaturas oceánicas más cálidas de lo normal a lo largo del Pacífico ecuatorial. Las consecuencias de este fenómeno pueden ser enormes y variar de una región a otra.
Sentinel-6 Michael Freilich: herramienta fundamental en el monitoreo de El Niño
Sentinel-6 Michael Freilich es el último satélite que ha contribuido a la investigación y el seguimiento de El Niño. Este satélite americano-europeo, lanzado recientemente, ofrece datos relevantes para monitorear los cambios en la altura de la superficie del mar en el Océano Pacífico. Como se mencionó, la altura del mar puede ser un indicador crucial del desarrollo de El Niño.
Este octubre de 2023, los datos revelados por Sentinel-6 Michael Freilich muestran que el nivel del mar está entre 5 y 8 cm por encima del promedio en un área más pequeña en comparación con los eventos de El Niño de 1997 y 2015 . Esta observación es clave para comprender qué diferencia a El Niño de este año de los eventos extremos del pasado. Para comprender las implicaciones del actual El Niño, es fundamental analizar el pasado.
En los últimos 30 años, dos eventos de El Niño destacaron por su extrema intensidad: uno ocurrió entre 1997 y 1998, y el otro entre 2015 y 2016. Estos eventos provocaron cambios significativos en las temperaturas globales del aire y de los océanos, los patrones atmosféricos de viento y lluvia, así como el nivel del mar. De hecho, El Niño de 1997-1998 estuvo asociado con fenómenos climáticos extremos en varias partes del mundo, incluidas inundaciones en América del Sur y sequías en Australia.
El Niño de 2023: modesto, pero con potencial de intensificación
Volviendo al presente, El Niño de 2023 aparece, por ahora, “sin pretensiones” en comparación con sus predecesores. El nivel del mar está muy por debajo de otros fenómenos similares y en un área más pequeña en comparación con los eventos de 1997 y 2015. Esto puede llevar a algunas personas a preguntarse si El Niño de este año es motivo de preocupación.
Estas observaciones de Willis resaltan la complejidad de El Niño y cómo puede variar su intensidad. Aunque El Niño de este año puede parecer menos impactante en comparación con sus predecesores, todavía tiene el potencial de provocar cambios en los patrones atmosféricos, particularmente a principios de 2024, en particular en lo que respecta al aumento de la temperatura del aire.
De hecho, cabe destacar el hecho de que El Niño es un fenómeno muy dinámico, y su evolución puede ser difícil de predecir con precisión. Es por ello que el monitoreo continúa y el uso de satélites como Sentinel-6 Michael Freilich juegan un papel crucial en la comprensión y elaboración de predicciones relacionadas con este fenómeno.