Este es el punto exacto de la Tierra donde se estrellará la Estación Espacial Internacional en 2030

La Estación Espacial Internacional está sentenciada a muerte. En cinco años, se espera que sus restos impacten en nuestro planeta. Una operación que ya preparan las agencias espaciales responsables de un proyecto que ha cambiado la historia de la ciencia.

La Estación Espacial Internacional en su órbita alrededor de la Tierra.

La humanidad se acerca al final de una era. La destrucción en 2030 de la Estación Espacial Internacional (EEI), un ícono de la cooperación internacional y de la exploración espacial, cerrará un apasionante e histórico capítulo en la ciencia y la tecnología.

Después de más de un cuarto de siglo orbitando la Tierra, recopilando datos y acogiendo investigaciones de primer nivel en campos como la medicina, la biología o la física, en solo cinco años, la EEI será desmantelada, lo que marcará el inicio de una nueva etapa en la exploración del Universo.

El plan cuidadosamente diseñado para eliminar una estructura cuyas dimensiones se asemejan a las de un campo de fútbol, implica estrellar la EEI en un punto del planeta.

Un final anunciado

Desde que en 1998 se lanzara al espacio su primer módulo, Zaryá, la EEI ha operado como un laboratorio orbital donde científicos de todo el mundo han colaborado para llevar a cabo experimentos en condiciones de microgravedad.

Sin embargo, con el paso de los años, su estructura ha ido envejeciendo al tiempo que los costes de mantenimiento han aumentado de manera significativa.

Así que las agencias espaciales participantes en este proyecto de colaboración, la NASA (Estados Unidos), Roscosmos (Rusia), JAXA (Japón), ESA (Europa) y la CSA/ASC (Canadá), han decidido retirarla de manera controlada para no arriesgar la seguridad de las futuras tripulaciones ni comprometer las operaciones científicas.

Punto Nemo: un cementerio de naves espaciales

Ubicado en el océano Pacífico Sur, el Punto Nemo es oficialmente conocido como el "polo de inaccesibilidad del Pacífico", mientras que las tierras emergidas más cercanas se encuentran a unos 2.688 kilómetros.

Porque las probabilidades de causar daño a personas o propiedades son prácticamente nulas, este lugar ha sido elegido ya como el destino final de muchas naves y módulos espaciales y satélites en desuso.

Desde la década de 1970, el Punto Nemo ha acumulado los restos de más de 260 artefactos espaciales, incluidos módulos de estaciones soviéticas y partes de cohetes.

En 2030, se espera que los restos de la EEI que aguanten el proceso de desintegración ligado a las altas temperaturas de fricción generadas por su reentrada en la atmósfera terrestre, caigan en este cementerio de naves espaciales.

Cómo será el proceso controlado de destrucción

La operación para retirar de la órbita terrestre la Estación Espacial Internacional será compleja, por lo que está cuidadosamente calculada.

En los años anteriores a 2030, fecha marcada en el calendario para su eliminación, la estación, mediante maniobras controladas que serán supervisadas por las agencias espaciales, reducirá gradualmente su altitud promedio de 400 km con respecto a la Tierra.

Esto se logrará utilizando una nave de soporte, que será la responsable de dirigir la EEI hacia la Tierra, y que, mediante maniobras de propulsión conocidas como "quemaduras de frenado", desacelerará la estación.

Este vehículo realizará una "quemadura final" que llevará a la EEI a la altitud crítica a partir de la cual iniciará su reingreso en la atmósfera. Un proceso que creará un espectáculo visual impresionante, similar a una lluvia de meteoritos, y que será extremadamente preciso para evitar que los restos se desvíen hacia zonas habitadas.

¿Qué hay después de la Estación Espacial Internacional?

Aunque la desaparición de la EEI representa el final de una era, este momento histórico también servirá para abrir la puerta a nuevas oportunidades de desarrollo científico y tecnológico.

Varios países y empresas privadas están inmersos en proyectos espaciales que podrían ocupar su lugar. El más avanzado es el de la compañía Vast Space, con sede en California, Estados Unidos.

Este mismo año pretende lanzar su módulo Heaven-1, capaz de albergar hasta cuatro astronautas a la vez en misiones de corta duración, y que podría convertirse en la primera estación espacial comercial del mundo.

Otras empresas privadas, como SpaceX y Blue Origin, también están trabajando ya en estaciones modulares y laboratorios orbitales que, a lo largo de la próxima década, prometen continuar el legado de la EEI.