“Fast Fashion”: un gran problema para la salud y el medio ambiente
La ropa barata, conocida como “Fast Fashion”, no sólo pone en riesgo nuestra salud, sino que también tiene un gran impacto medioambiental.
El consumo masivo de ropa barata y de moda vendida a través de plataformas online, fuera de los estándares de calidad, supone riesgos para la salud de quienes la adquieren, además de provocar un importante impacto medioambiental. En términos de salud, hoy en día, y con mucha frecuencia, la ropa nueva suele provocar picor o incluso irritación en la piel.
Según el dermatólogo Osvaldo Correia, coordinador de Epidermis y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oporto, el número de reacciones irritantes y alérgicas provocadas por textiles de mala calidad que, además de perjudicar la salud, degradan el medio ambiente, va en aumento.
Profesional de la salud Fernando Ribas, responsable de la Clínica Dermatológica Dr. Fernando Ribas
El profesional sanitario responsable de la Clínica Dermatológica Dr. Fernando Ribas, en Oporto, considera necesario e imperativo tener un mayor control sobre el sector, que muchas veces no sigue los estándares establecidos por la Unión Europea.
Sin embargo, la mayoría de consumidores priorizan el sentido estético y devalúan la composición de los textiles, pues hay productos que son tóxicos y no entran en la Unión Europea, pero si se fabrican en el extranjero no hay ningún tipo de control.
El impacto de la producción de ropa en el medio ambiente
Este consumo galopante es llamado “fast fashion” por los medios de comunicación y, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), esta industria es la segunda consumidora de agua y es responsable de alrededor del 10 % de las emisiones globales de carbono.
Este término se ha vuelto más prominente en las conversaciones sobre moda, sostenibilidad y conciencia ambiental. El término se refiere a prendas producidas y vendidas a precios bajos que copian los últimos estilos. El modelo fast fashion se llama así porque implica el rápido diseño, producción, distribución y comercialización de prendas de vestir.
El impacto ambiental de la moda rápida incluye el uso de fuentes no renovables, la emisión de gases de efecto invernadero y el uso de grandes cantidades de agua y energía.
Según la página Earth.org, la industria de la moda es la segunda industria que más agua consume, pues requiere alrededor de 2 mil litros de agua para producir una camisa de algodón.
Además del agua, muchas industrias utilizan fibras sintéticas como poliéster, nailon y acrílico, que tardan cientos de años en biodegradarse. Un informe de 2017 de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estimó que el 35 % de todos los microplásticos en el océano provienen del lavado de textiles sintéticos como el poliéster.
La producción de fibras plásticas en textiles es un proceso que consume mucha energía, requiere grandes cantidades de petróleo y libera partículas volátiles y ácidos como el cloruro de hidrógeno.
Situaciones en las que la ropa puede suponer riesgos para la salud
Cuando la ropa se elige incorrectamente supone un riesgo para nuestra salud.
Las etiquetas sobre la composición de las prendas de vestir rara vez son vistas por quienes las compran, el material con el que está confeccionada la prenda debe ser determinante a la hora de elegir. Los tejidos sintéticos como el poliéster, el acrílico y el nailon están llenos de productos químicos.
Los estudios realizados por Greenpeace revelaron la presencia de formaldehído y p-fenilendiaminas en muchas prendas conocidas en todo el mundo. Estas sustancias pueden causar desde una leve irritación de la piel hasta alergias y enfermedades graves del hígado y los riñones.
Los materiales sintéticos generalmente no son transpirables. Por tanto, la humedad que desprende nuestra piel acaba convirtiéndose en un entorno perfecto para la proliferación de bacterias y hongos.
Lo ideal es optar por tejidos naturales. Si esto no es posible, revisa la etiqueta y no abuses de prendas que no requieren planchado, o de fácil cuidado o incluso que no se congelan, ya que son las que contienen mayor cantidad de químicos.