Disfruta de la Spooky Season: explora las cinco principales pueblos fantasmas de Estados Unidos
Mientras las hojas cambian de color y la luna brilla intensamente, déjate llevar por el encanto de Spooky Season o "temporada escalofriante". Aquí se ofrece un vistazo al fascinante mundo de los pueblos fantasmas de los Estados Unidos.
A medida que las hojas adquieren vibrantes tonos rojos y dorados y el aire se vuelve fresco y frío, una sensación peculiar cubre la atmósfera. Ha llegado otra vez esa época del año: ha llegado la Temporada Espeluznante.
América ofrece varios destinos que, aunque desconocidos para muchos, nos invitan a desentrañar los misterios de un tiempo lejano. Si eres un amante de las emociones fuertes y tu plan es hacer turismo en USA, aquí tienes los cinco principales pueblos fantasmas de Estados Unidos que aún puedes visitar.
Bodie, California: una ciudad desierta de la fiebre del oro
Ubicado en la región de la Sierra Oriental de California, Bodie es uno de los pueblos fantasmas mejor conservados de Estados Unidos. Era el hogar de casi 10,000 personas y alguna vez tuvo alrededor de 2,000 estructuras, pero sólo el 5% de ellas permaneció después de dos grandes incendios en 1892 y 1932.
Fue designado como Parque Nacional desde 1962 hasta hoy, Bodie parece notablemente sin cambios desde hace más de 50 años, cuando sus últimos residentes partieron.
Los visitantes pueden explorar las calles desiertas y echar un vistazo al pasado a través de los edificios abandonados que se encuentran en un estado de decadencia detenido. Para mantener el ambiente de ciudad fantasma, no hay instalaciones comerciales como comida o gasolina.
Calico, California: antiguo pueblo minero del oeste
Calico es una fascinante ciudad fantasma ubicada en las Montañas Calico de la región del desierto de Mojave. Era el hogar de miles de mineros, familias y empresarios que buscaban fortuna en las minas de plata cercanas.
Esta ciudad, como muchas otras ciudades mineras de su época, fue abandonada después de que la plata perdiera su valor a mediados de la década de 1890. Walter Knott, fundador de Knott's Berry Farm, compró Calico y restauró la ciudad en la década de 1950, preservando sus edificios históricos y convirtiéndola en una atracción turística.
Hoy en día, Calico es un ejemplo bien conservado de ciudad minera del Viejo Oeste. Los visitantes tienen la oportunidad de pasear por sus calles, examinando estructuras tanto auténticas como reconstruidas, sumergiéndose en una auténtica experiencia histórica.
Kennecott, Alaska: una ciudad para los amantes de la naturaleza
Ubicado en el corazón de Wrangell-St. El Parque Nacional Elias en Alaska es una ciudad fantasma que alguna vez prosperó como centro minero. Lleva el nombre del cercano glaciar Kennicott y fue un bullicioso centro de actividad durante sus años pico.
Hoy en día, Kennecott es un destino turístico popular que atrae a visitantes de todo el mundo interesados en explorar sus edificios históricos y aprender sobre su patrimonio minero.
Los visitantes de Kennecott pueden realizar visitas guiadas a las antiguas instalaciones mineras, incluido el icónico molino de concentración de 14 pisos, que alguna vez fue el edificio más grande de Alaska.
Centralia, Pensilvania: la ciudad que nunca deja de arder
Centralia, Pensilvania, fue otra comunidad minera, aunque su abandono se produjo relativamente recientemente en términos históricos. En el lapso de unos pocos años, desde la década de 1980 hasta principios de la de 1990, la población de la ciudad se desplomó de más de 1,000 residentes a sólo unas pocas docenas.
En 2020, la ciudad estaba habitada por apenas cinco residentes. Hoy en día, escenas espeluznantes de calles vacías y vapor que se eleva desde el suelo caracterizan a esta ciudad fantasma.
Goldfield, Arizona: las legendarias montañas de la superstición
Ubicada en el desierto de Arizona, cerca de las Montañas Superstition, es un vestigio bien conservado del Viejo Oeste. Establecida a finales del siglo XIX, Goldfield era una próspera ciudad minera de oro que atraía a miles de buscadores y colonos que buscaban fortuna.
Sin embargo, como muchas otras ciudades mineras, la prosperidad de Goldfield disminuyó a medida que disminuyeron los depósitos de oro, lo que llevó a su eventual abandono.
Los visitantes pueden explorar las estructuras antiguas de la ciudad, visitar el Museo Goldfield para conocer su historia e incluso probar suerte en el lavado de oro. La ciudad fantasma también alberga varios eventos y recreaciones, lo que la convierte en un destino animado y educativo tanto para los entusiastas de la historia como para las familias.