La NASA está monitoreando cuidadosamente 5 asteroides, ¿alguno de ellos amenaza a la Tierra?
Descubra los 5 asteroides más monitoreados por la NASA, particularmente por el riesgo de que algún día impacten nuestro planeta con consecuencias potencialmente desastrosas.
La Agencia Espacial de Estados Unidos monitorea cada día miles de asteroides en nuestro sistema solar, algunos de los cuales se consideran peligrosos para nuestro planeta. Descubre cinco objetos celestes poco conocidos y los riesgos de que algún día lleguen hasta nosotros.
1979XB y 2007 FT3: los asteroides perdidos de vista
Asteroide 1979 XB es un objeto celeste de aproximadamente 660 m de ancho y aproximadamente 390 millones de toneladas, que, en caso de colisión con nuestro planeta, podría arrasar con toda una región en poco tiempo.
Sin embargo, los investigadores habían calculado durante su observación una probabilidad de colisión con la Tierra del 0.000055 %, es decir, aproximadamente 1 probabilidad entre 1,8 millones, lo que sigue siendo nada despreciable. Según las últimas trayectorias conocidas de este asteroide, podría impactar contra la Tierra el 14 de diciembre de 2113.
El asteroide 2007 FT3 fue visto por última vez por los científicos en 2007. Con un diámetro de 340 metros y 54 millones de toneladas, sigue siendo muy poco conocido, tanto en términos de su composición como de su origen.
Esto presenta una probabilidad de 1 entre 10 millones de impactar nuestro planeta, mucho menos que su contraparte. Sin embargo, si realmente impactara contra la Tierra, este impacto se produciría el 3 de marzo de 2030 según los últimos cálculos de su trayectoria. Una fecha no tan lejana y que exige que para entonces este objeto se encuentre nuevamente en el infinito celeste.
2023 TL4: el descubrimiento más reciente
Este asteroide, con un diámetro de aproximadamente 330 metros y 47 millones de toneladas, fue descubierto el año pasado por los astrónomos. Aunque sus dimensiones sean menos imponentes que las descritas anteriormente, su impacto con la Tierra no sería menos devastador.
De hecho, la energía de este posible impacto alcanzaría los 7,500 millones de toneladas de TNT, una potencia cinco millones de veces superior a la de la bomba que estalló en Hiroshima, en Japón, al final de la Segunda Guerra Mundial. Según la NASA, este asteroide tiene una probabilidad de 1 entre 181,000 (0.00055%) de chocar contra la Tierra, mucho más que los dos asteroides descritos anteriormente.
29075 (1950 d.C.): el asteroide que jugaba al escondite
Este asteroide fue observado por primera vez por astrónomos en 1950 y rápidamente se perdió de vista, antes de ser finalmente redescubierto 50 años después. Esto representa un peligro significativo para la Tierra con una probabilidad de colisión estimada del 0.0029 % en 2880.
Con un diámetro de 1.3 kilómetros y 78 millones de toneladas, este asteroide está compuesto principalmente de hierro y níquel. Su impacto liberaría energía equivalente a 75 mil millones de toneladas de TNT, suficiente, según la NASA, para potencialmente acabar con la humanidad. Si unos cientos de años nos separan de este posible impacto, será necesario seguirlo con mucha atención hasta entonces.
Bennu: el más peligroso
El asteroide Bennu es más pequeño que el anterior, tiene un diámetro de 490 metros y un peso de 74 millones de toneladas. Sin embargo, es el más monitoreado en la actualidad, siendo el objeto celeste con mayores posibilidades de chocar con la Tierra en el futuro. De hecho, los científicos estiman que Bennu tiene una probabilidad de 1 entre 2700 de impactar nuestro planeta el 24 de septiembre de 2182.
Por ello, los científicos lo han seguido muy de cerca desde su descubrimiento en 1999, intentando aprender todo lo posible sobre su composición y trayectoria para anticipar un posible impacto con la Tierra. En caso de desastre, según las estimaciones, podría provocar un cráter de 5 a 10 km de ancho y devastar todo en un área 100 veces mayor.
El 24 de septiembre de 2023, la misión OSIRIS-REx de la NASA trajo de regreso a la Tierra una muestra de este asteroide, revelando que contiene elementos vitales como la glicina y minerales hidratados, lo que nos permitirá comprender mejor cómo se puede formar la vida en nuestro Universo. Sin embargo, si este descubrimiento es muy interesante, será necesario seguir siguiendo muy de cerca su trayectoria para anticipar un posible impacto futuro con la Tierra.