¿Por qué el cambio climático cambiará la forma de morir en el mundo?
Un estudio recientemente publicado por The Lancet asegura que el cambio climático puede afectar de manera directa al número de muertes relacionadas con el incremento de la temperatura global.
El cambio climático contribuye de manera directa a las emergencias humanitarias vinculadas con las olas de calor, los incendios forestales, las inundaciones, las tormentas tropicales y los huracanes. Estos fenómenos naturales aumentan no sólo en escala, sino también en frecuencia e intensidad.
A partir de esta conclusión, el Ministerio de Medio Ambiente de Japón encaró una investigación que demuestra que hay cerca de 3.600 millones de personas que viven en zonas altamente susceptibles al cambio climático. Las proyecciones son aterradoras ya que se espera que hacia 2050 el cambio climático causaría 250 mil muertes adicionales al año por por el incremento de casos de desnutrición, malaria, diarrea y estrés por calor.
Un clima cálido puede cambiar sustancialmente la estacionalidad de la mortalidad en el futuro, por lo tanto los sistemas de atención médica deberían considerar prepararse para una demanda potencialmente mayor.
Según el informe mencionado, se recopilaron series de datos de temperatura y mortalidad desde el 1 de enero de 1969 hasta el 31 de diciembre de 2020 y se proyectó la mortalidad diaria desde el 1 de enero de 2000 hasta el 31 de diciembre de 2099, bajo cuatro escenarios posibles de cambio climático. El resultado es alarmante ya que para 2099 se pronosticaron 126.809.537 de muertes en 707 ubicaciones dentro de 43 países o áreas.
Las proyecciones mostraron un aumento en la mortalidad durante las estaciones cálidas y una disminución en la mortalidad durante las estaciones frías, aunque dicha variable se mantuvo alta durante las estaciones frías, bajo los cuatro escenarios de cambio climático en las zonas árida, templada y continental. La magnitud de este patrón cambiante fue más pronunciada en los escenarios de altas emisiones, alterando sustancialmente la forma de la estacionalidad de la mortalidad.
Impacto del cambio climático en la salud
Olas de calor, tormentas, inundaciones, interrupción de los sistemas alimentarios, aumento de las zoonosis y las enfermedades transmitidas por alimentos, el agua y los vectores o los problemas de salud mental se tornarán más frecuentes y socavarán aspectos clave del bienestar humano. Las regiones o países con una infraestructura sanitaria débil serían los menos capaces para prepararse, responder ante la demanda y evitar la mayor cantidad de muertes posibles.
Pero no todo es responsabilidad del “cambio climático”: también debemos -como humanidad- hacernos cargo de la parte que nos corresponde. En el presente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay 2 mil millones de personas que carecen de agua potable, 600 millones que sufren de enfermedades transmitidas por los alimentos cada año. Estos aspectos son determinantes porque es la realidad sobre la cual se posiciona el cambio climático para exacerbar las crisis y multiplicar los riesgos.
Por otra parte, existen investigaciones recientes en las que se atribuye el 37 % de las muertes relacionadas con el calor al cambio climático inducido por el ser humano. Las muertes relacionadas con el calor entre los mayores de 65 años aumentaron un 70 % en dos décadas.
¿Qué podemos hacer?
La OMS estableció 3 desafíos que podrían contribuir a cambiar o al menos ralentizar las proyecciones sobre el impacto del cambio climático en la salud humana:
- Promover acciones que reduzcan las emisiones de carbono. Apoyar una transición rápida y equitativa a una economía de energía limpia.
- Liderazgo y sensibilización en cuanto a la relación que existe entre la salud y las políticas climáticas. El cambio climático debe ser una prioridad.
- Desarrollo de capacidades y apoyo a los países que lo requieran para financiar programas vinculados al clima y la salud. La Alianza para la Acción Transformadora sobre el Clima y la Salud (ATACH), pretende que los países puedan cumplir sus compromisos con los sistemas de salud resilientes al clima.