Turistas desaparecidos y la Acrópolis cerrada: Grecia sufre una intensa ola de calor antes del inicio del verano
En el sur de Europa, la primavera se despide con una de las olas de calor más intensas de los últimos años. En Grecia, las temperaturas que se acercan a los 50 grados obligan a cerrar sitios turísticos.
En el final de la primavera, Grecia ya está atravesando una ola de calor histórica. Tras varios días con temperaturas elevadas persistentes, esta semana las marcas térmicas alcanzaron los 39 °C a las 9 de la mañana, y superaron los 43 °C durante el día en Atenas, el Peloponeso y el centro y sur del país.
La situación obligó al gobierno a desplegar operativos para asistir a la población. Todos los monumentos arqueológicos de Atenas, incluida la Acrópolis, el templo de Zeus y el Partenón, cerraron sus puertas al público durante las horas más calurosas del día para evitar la exposición de los visitantes.
Según informaron los medios locales, varios turistas se desmayaron mientras hacían fila para ingresar a los monumentos.
Personal de Cruz Roja y organismos de protección civil desplegaron un operativo en vía pública para entregar agua y se habilitaron cinco puntos en la ciudad a modo de refugio con aire acondicionado y agua, para aliviar a transeúntes y turistas.
Se suspendieron las clases en escuelas primarias, se cerraron las guarderías infantiles y varios puntos de la ciudad son monitoreados con drones equipados con cámaras térmicas, para identificar las zonas de mayor riesgo.
Además, el Gobierno griego permitió el trabajo remoto para los empleados públicos entre el martes y el jueves, y recomendó evitar trabajar desde las 12:00 h hasta las 17:00 h a quienes deben hacerlo al aire libre.
En este contexto, el Servicio Meteorológico Nacional de Grecia, advirtió que el riesgo de incendio es "muy alto" en ocho regiones.
Senderistas desaparecidos y una víctima fatal
El domingo pasado, tras cuatro días de intensa búsqueda, fue hallado el cuerpo sin vida del famoso divulgador científico de la BBC, Michalel Mosley, que se encontraba de vacaciones en la isla de Symi.
Mosley había salido a caminar y, según declaró su esposa, se equivocó de camino. En algún momento del trayecto, y bajo temperaturas abrasadoras, se desvaneció. La caída le produjo un traumatismo craneoencefálico que ocasionó su muerte.
El alcalde de la isla, Lefteris Papakalodoukas, explicó a la agencia AP que Mosley fue por una ruta muy difícil, con puntos muy peligrosos, y además subrayó que el miércoles de la desaparición el calor era extremo en la isla, con temperaturas que alcanzaron los 47 grados.
Otros dos turistas que practicaban senderismo se encuentran desaparecidos y se teme que hayan corrido la misma suerte. Hay un intenso operativo de búsqueda para encontrar a los dos hombres. Un estadounidense, que fue visto por última vez el martes en Amorgos, mientras seguía una ruta hacia Katapola. En tanto, un holandés de 74 años, que salió de excursión en la isla de Samos, y no regresó.
Bloqueo, viento siroco y calentamiento global
En esta época del año, las temperaturas normales en Grecia oscilan entre los 20 grados de mínima y los 33 de máxima. En los últimos años, se viene registrando un aumento de la frecuencia de las olas de calor, fenómeno que solía ocurrir sólo en julio y agosto.
Este evento de calor comenzó hace al menos 10 días, producto de la confluencia de varios factores. Un sistema de alta presión estacionado sobre la región que impide el movimiento de masas de aire, configuración llamada coloquialmente como “bloqueo atmosférico”.
Además, el viento cálido desde el norte de África, conocido como "siroco", transporta aire caliente y seco desde el desierto, que contribuye a elevar las temperaturas en Grecia y el sur de Europa.
Según anticipó el Servicio Meteorológico griego, las condiciones meteorológicas comenzarán a normalizarse durante este fin de semana.
Grecia, uno de los países europeos más afectados por el calentamiento global, enfrenta incendios forestales y lluvias cada vez más intensas. El año pasado Grecia tuvo el invierno más caluroso registrado, con escasas precipitaciones, lo que creó condiciones propicias para el desarrollo de incendios.