Encuentran evidencia de vida en Titán (la luna de Saturno), pero las pruebas son mucho más pequeñas de lo que creemos

Un estudio sugiere que la luna Titán podría albergar vida microbiana fermentadora de glicina en su océano subterráneo, aunque en cantidades extremadamente pequeñas.

Titán, pasa frente al planeta y sus anillos en esta instantánea en color real. Crédito: Cassini / NASA.

Titán, la luna más grande de Saturno, uno de los lugares más fascinantes del Sistema Solar, tiene mares de metano, dunas de compuestos orgánicos y un océano subterráneo de agua líquida. Combinación que la convierte en candidata clave para la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta.

A diferencia de otros cuerpos helados como Encélado o Europa, Titán tiene una atmósfera densa y rica en compuestos orgánico, moléculas que caen sobre la superficie y podrían, eventualmente, infiltrarse hasta el océano subterráneo. ¿Es posible que allí, en la oscuridad, haya surgido algún tipo de vida?

Un equipo internacional de astrobiólogos se preguntó lo mismo, pero en lugar de buscar vida directamente, decidieron analizar si uno de los metabolismos más simples de la Tierra podría funcionar en Titán: la fermentación del aminoácido glicina. Iniciando así una investigación pionera con implicaciones importantes.

No se trata de ciencia ficción ni especulaciones sin base, en el estudio, publicado en The Planetary Science Journal, aplicaron modelos bioenergéticos rigurosos para evaluar si este tipo de metabolismo podría operar en las frías profundidades del satélite y los resultados si bien son modestos también son prometedores.

Yacimientos subterráneos de Titán (Concepto artístico). Crédito: NASA

¿Qué es la fermentación de glicina y por qué importa?

La glicina es el aminoácido más simple y uno de los más antiguos del Universo, pues puede formarse de manera abiótica en meteoritos, cometas y en atmósferas como la de Titán. En la Tierra, ciertos microbios logran obtener energía fermentando glicina, incluso en ambientes extremos sin oxígeno.

Este tipo de metabolismo, llamado fermentación, no necesita oxígeno ni otros compuestos oxidantes para funcionar, por lo que es ideal para mundos como Titán, donde el oxígeno probablemente sea escaso o inexistente. Además, los organismos que usan esta vía, como algunos Clostridios, son conocidos por su resistencia extrema.

Los científicos modelaron las condiciones químicas y físicas de Titán usando diferentes escenarios basados en su posible composición oceánica donde evaluaron si la fermentación de glicina podría liberar suficiente energía para sustentar la vida. En teoría, sí: bajo ciertas condiciones, este metabolismo es viable.

Pero hay un detalle importante: incluso si este tipo de vida existe, no sería abundante. El modelo indica que todo el océano de Titán podría albergar solo entre 10¹⁴ y 10¹⁷ células, lo que equivale a unos pocos kilogramos de carbono biológico: una gota microscópica en un océano inmenso.

Vida, sí… pero casi indetectable

A pesar de que el proceso podría ocurrir, los científicos subrayan que esto no prueba que haya vida en Titán. Sólo demuestra que bajo ciertas condiciones se podría dar, si el ingrediente clave —la glicina— llega en cantidad suficiente al océano, ya sea desde la superficie o desde el interior.

La posible fuente más prometedora son los impactos de meteoritos, estos podrían derretir el hielo superficial y arrastrar compuestos orgánicos como la glicina hasta las profundidades. También es posible que estos compuestos hayan existido desde la formación de Titán, almacenados en su núcleo rocoso.

Compuestos orgánicos en los mares y lagos de Titán. Crédito: NASA

El estudio también recomienda que se investiguen otras vías metabólicas, por ejemplo, la degradación anaeróbica del acetileno y los hidrocarburos aromáticos, presentes en la superficie que, ampliaría el panorama de posibles estrategias de vida microbiana en ambientes extremos como el de Titán.

Los autores proponen que futuras misiones espaciales busquen zonas localizadas donde puedan concentrarse células, como cráteres de impacto recientes o flujos criovolcánicos. Detectar vida dispersa a nivel planetario, con una célula por cada tonelada de agua, sería prácticamente imposible con la tecnología actual.

Aprendizaje sobre la vida en el Universo

Más allá de Titán, este estudio redefine cómo y dónde buscar vida, pues rompe con la idea de que la vida debe ser abundante para ser significativa. A veces, una simple reacción química en condiciones extremas puede dar lugar a formas de vida microscópicas pero viables.

También pone de relieve la importancia de estudiar metabolismos sencillos y antiguos, como la fermentación, ya que estos procesos pueden haber sido los primeros en aparecer en la Tierra y, quizá, los más comunes en otros mundos del sistema solar y más allá.

Lo anterior demuestra la forma en que la astrobiología se apoya de modelos matemáticos, química geológica y biología microbiana para construir escenarios plausibles. Aunque no hay evidencia directa de vida en Titán, este trabajo acorta la distancia entre lo posible y lo probable.

La búsqueda de vida en el cosmos no es cuestión de encontrar ciudades extraterrestres, sino de reconocer las sutiles señales que deja la química viva en ambientes hostiles. En este caso, la glicina y su fermentación podrían ser la pista que nos lleve a una nueva forma de vida, invisible, pero real.

Referencia de la nota

The Viability of Glycine Fermentation in Titan's Subsurface Ocean. Antonin Affholder et al 2025 Planet. Sci. J. 6 86 DOI 10.3847/PSJ/adbc66