¿Andrómeda y la Vía Láctea ya se tocan para una futura colisión? Los astrónomos piensan que sí
Las nuevas observaciones de los científicos sugieren que las galaxias son más grandes de lo que se creía hasta ahora, y que Andrómeda ya podría estar tocando la Vía Láctea.
Mucha gente sabe que Andrómeda y la Vía Láctea chocarán en un futuro lejano y muchas veces ni siquiera saben cómo lo descubrieron. Esto sucede porque es algo tan debatido y discutido tanto en la ciencia como en los medios de comunicación que es una verdad que aceptamos. Varias discusiones sobre qué pasará con el Sol y en qué medida ocurrirá la colisión son habituales en diferentes canales y redes sociales.
Otra pregunta que mucha gente acaba haciéndose es por qué estas dos galaxias se están acercando si escuchamos que las galaxias deben estar alejándose de nosotros. La respuesta simple es que en escalas más pequeñas, como el Grupo Local, la gravedad sigue siendo dominante. En escalas más extremas, como las galaxias en cúmulos distantes, el efecto de la energía oscura se vuelve dominante, lo que hace que las galaxias se alejen de nosotros cada vez más rápido.
Nuevas observaciones del entorno circungaláctico de la Vía Láctea proporcionan evidencia de que algo puede estar sucediendo allí. Los investigadores analizaron y publicaron en Nature Astronomy argumentando que la región circungaláctica de la Vía Láctea ya estaría interactuando con la misma región de Andrómeda. Si las observaciones confirman esto, esto podría indicar que las dos galaxias ya están interactuando en este momento exacto.
Colisión entre la Vía Láctea y Andrómeda
Se espera que dentro de unos 4500 millones de años las galaxias de la Vía Láctea y de Andrómeda colisionen. Este fenómeno es esperado porque las observaciones muestran que Andrómeda se acerca a la Vía Láctea a una velocidad relativa de 110 kilómetros por segundo. La distancia entre los dos es de unos 2,5 millones de años luz y el ángulo con el que se acerca Andrómeda hace que la colisión sea extremadamente probable.
Durante el proceso de colisión, los discos de las dos galaxias se fusionarán. La interacción gravitacional durante la colisión redistribuirá el material de ambos, incluidas las estrellas, el gas, el polvo y los objetos compactos que estén presentes. Algunos de estos objetos serán expulsados mientras que otros pueden ser lanzados hacia el centro de las galaxias. El resultado final es una galaxia elíptica conocida como Milkomeda.
Medio circungaláctico
Alrededor de las galaxias hay una región de gas ionizado que abarca toda la galaxia y se extiende entre miles y millones de años luz. Esta región se conoce como medio circungaláctico (MCG) y es un entorno donde el material expulsado de la galaxia se deposita a través de los vientos galácticos. El medio acaba sirviendo como reservorio donde este material puede regresar a la galaxia.
Como el MCG es bastante difuso y tiene poca emisión de radiación, estudiar la estructura en detalle se convierte en un problema. Una de las posibilidades es aprovechar los momentos en que los quásares u otros núcleos de galaxias activos iluminan el MCG para capturar información sobre ellos. Cuando la luz emitida por estos objetos pasa a través del MCG, puede ser absorbida y aparecen líneas de absorción en los espectros obtenidos.
¿Qué define el fin de la galaxia?
Las líneas de absorción indican que existe la presencia de átomos en una región determinada donde la luz fue capturada y reemitida. Un grupo de astrónomos estadounidenses y australianos aprovecharon la luz emitida por los quásares para estudiar el MCG de una pequeña galaxia espiral llamada IRAS 08339+6517. En las imágenes encontraron hidrógeno como se esperaba pero otros elementos llamaron la atención.
En regiones muy distantes de la galaxia, el equipo encontró hidrógeno ionizado y elementos más pesados como el oxígeno. Para ionizar un elemento se necesita una fuente de calor, algo que ofrecen las estrellas, pero la región donde se encontró el hidrógeno está muy lejana. Esto indicaría que el MCG puede estar interactuando con otras galaxias a través de choques o emisiones de esas galaxias. Poniendo en duda la definición del fin de la galaxia.
Tocando antes de lo esperado
El descubrimiento a través de la galaxia IRAS 08339+6517 muestra que el MCG puede ser mucho más extenso de lo que se pensaba anteriormente. De esta forma, es posible que el MCG de una galaxia que está en proceso de colisión toque antes que las otras estructuras. Esto incluso puede considerarse para nuestro proceso de colisión, donde la Vía Láctea y Andrómeda se acercan cada vez más.
Si el MCG de una galaxia es más extenso de lo que se pensaba anteriormente, esto podría generalizarse a la Vía Láctea y a la propia Andrómeda. Esta generalización puede indicar que es posible que los MCG de los dos ya se estén tocando en este momento. Sin embargo, aún se necesitan observaciones más detalladas para confirmar el tamaño del MCG y si la interacción entre ambos ya se está produciendo.
¿Qué pasará con el sistema solar?
Una de las mayores preguntas cuando se trata de la colisión de Andrómeda y la Vía Láctea es: ¿qué pasará con el sistema solar? La respuesta sencilla es que nuestro Sol no se verá afectado. La respuesta más complicada dice que, debido a las distancias de las estrellas, una colisión directa entre dos estrellas es extremadamente rara y habrá pocas que puedan lograrlo. Es probable que el Sistema Solar sobreviva a la colisión sin muchos daños.
Sin embargo, la interacción gravitacional entre las dos galaxias redistribuirá la posición de las estrellas. Actualmente el Sol se encuentra en una región exterior de la Vía Láctea y durante la colisión podría ser arrojado más lejos o acercado al centro de la galaxia resultante. También existe la posibilidad de que el Sol sea expulsado durante la colisión, como es probable que lo sean muchas estrellas.
Fuentes y referencias de la noticia:
- Nielsen et al 2024. An emission map of the disk–circumgalactic medium transition in starburst IRAS 08339+6517. Nature Astronomy