Descubriendo los misterios cósmicos con el Telescopio Espacial: los brazos anómalos de Messier 106

En una nueva imagen de una galaxia espiral cercana, publicada por la Agencia Espacial Europea (ESA), se mostraron brillantes imágenes utilizando el telescopio espacial James Webb.

La región central de una galaxia espiral. Su núcleo es un pequeño punto brillante que irradia luz. Crédito: ESA

La nueva imagen de Messier 106, también conocida como NGC 4258 capturada por el Telescopio Espacial James Webb (JWST) es realmente impresionante. M106 es una galaxia espiral ubicada a unos 23 millones de años luz en la constelación de Canes Venatici.

En la imagen, se puede observar el núcleo brillante de la galaxia, que es dominado por un agujero negro supermasivo muy activo. A medida que el gas cae hacia el agujero negro, se calienta y emite una radiación poderosa. La imagen también revela los brazos espirales de la galaxia, que se ven como franjas de gas y polvo resplandecientes.

Una característica notable de Messier 106 es que tiene dos brazos adicionales "anómalos" visibles en longitudes de onda de radio y rayos X, en lugar de luz visible. Estos brazos están compuestos de gas caliente y se cree que son el resultado de la actividad del agujero negro.

La sofisticada cámara de infrarrojo cercano que lleva a bordo el observatorio espacial, le permite ver más lejos y más profundamente que cualquier otro telescopio. Cuanto más lejos miramos en el espacio, más antiguos son los objetos que vemos.

El Universo en luz infrarroja

La luz emitida por objetos formados al inicio del universo experimenta un fenómeno conocido como “corrimiento al rojo”. A medida que estas fuentes se alejan de nosotros, sus longitudes de onda se estiran, moviéndose desde la parte visible del espectro electromagnético hacia la región invisible del infrarrojo.

Desde nuestra perspectiva exterior, las galaxias a menudo parecen densas e impenetrables debido a que el polvo estelar absorbe prácticamente toda la luz visible que podemos detectar. Sin embargo, la luz infrarroja enfrenta menos obstáculos por parte del polvo y las partículas diminutas.

Aquí es donde entra en juego el Telescopio Espacial James Webb (JWST), una maravilla tecnológica que puede detectar precisamente esta luz infrarroja y penetrar regiones previamente oscurecidas.

En el corazón de esta galaxia, el telescopio captura con claridad un agujero negro supermasivo, una característica que encontramos en el centro de las galaxias. Lo más intrigante es que sigue siendo bastante activo, desafiando nuestras expectativas y ofreciendo nuevas perspectivas sobre los procesos cósmicos.

Otra visión del Universo

Esta galaxia es una de las espirales más brillantes del vecindario galáctico en la que en 1981 y 2014 se observaron dos supernovas. En su centro, como en la mayoría de las galaxias espirales, existe un agujero negro supermasivo, pero éste es de los más activos que se conocen.

A diferencia del agujero negro en el centro de la Vía Láctea Sagitario A*, que captura un poco de gas de vez en cuando, el agujero negro de Messier 106 se encuentra engullendo material de manera más frecuente. A medida que el gas gira en espiral hacia el agujero negro, se calienta y emite una poderosa radiación.

Diferencia entre un telescopio terrestre, el Hubble y el Webb. Crédito: ESA

La imagen obtenida fue capturada con la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) de Webb. Y se realizó como parte de un programa dedicado a estudiar el Núcleo Galáctico Activo de la galaxia, la brillante región central de la galaxia que está dominada por la luz emitida por el polvo y el gas que cae en las fauces del monstruo.

Las regiones azules muestran la distribución de estrellas en toda la región central de la galaxia. Las regiones anaranjadas es polvo más cálido y los tonos rojos más fuertes representan polvo que es más frío. Los tonos verde azulado, verde y amarillo cerca del centro de la imagen representan distribuciones variables de gas en toda la región.

Dos brazos invisibles

La galaxia alberga una característica intrigante: dos brazos adicionales que se manifiestan en longitudes de onda de radio y rayos X, en contraste con los brazos visibles en la luz visible. Estos brazos anómalos no están compuestos de estrellas, como los brazos normales, sino de gas caliente.

Se ha teorizado que estos brazos son el resultado de la actividad del agujero negro central. Este fenómeno de retroalimentación también se ha observado en otras galaxias. La explicación probable radica en el material expulsado del área alrededor del agujero negro, similar a una ola que rompe en el océano cuando golpea una roca cerca de la costa.

A pesar de llevar el nombre de Charles Messier, el renombrado astrónomo del siglo XVIII, Messier 106 no fue descubierto ni catalogado por él. En cambio, fue su asistente, Pierre Méchain, quien identificó esta galaxia.

Curiosamente, Messier 106 nunca se incluyó en el catálogo durante la vida de Messier. Sin embargo, junto con otros seis objetos descubiertos pero no registrados por la pareja, Messier 106 finalmente se agregó póstumamente al catálogo de Messier en el siglo XX.