¿Es más ecológico lavar los platos a mano o con lavavajillas?
Consumo de agua y huella de carbono: ¿es más ecológico lavar los platos a mano o utilizar un lavavajillas?
Lavar los platos a mano o con lavavajillas, ¿qué método es más eficaz para ahorrar agua? Es una pregunta que muchos nos hacemos, pero ¿existe una respuesta definitiva?
Lavarse las manos: ¿mucho menos ecológico?
Los dos métodos parecen bastante similares y a menudo imaginamos que el lavavajillas no es más que un ahorro de tiempo después de cada comida, pero hay diferencias entre este y lavar los platos a mano. Según Jasmin Azrak, analista del Centro Internacional de Referencia para la Evaluación del Ciclo de Vida y el Desarrollo Sostenible (CIRAIG) de Montreal, la diferencia más notable es la cantidad de agua caliente utilizada.
La huella de carbono de un lavavajillas también es menor. Según un estudio realizado en 2020 por el Centro de Sistemas Sostenibles de la Universidad de Michigan, el uso del lavavajillas una vez a la semana durante 10 años emite a la atmósfera unas 1,4 toneladas de CO2 equivalente, frente a las 3,5 toneladas del lavado a mano. Sin embargo, si el agua se calienta con gas natural, la huella de ambos métodos aumenta considerablemente en todos los casos.
Así que, en resumen, la inmensa mayoría de las veces el lavavajillas es más eficaz, más respetuoso con el medio ambiente y utiliza menos agua y jabón que lavar los platos a mano. Sin embargo, algunos métodos de lavado a mano podrían ayudar a reducir el impacto ecológico de esta tarea doméstica cotidiana.
¿Cómo podemos reducir el impacto ambiental del lavado de vajilla?
Las cifras citadas se basan en hábitos medios de lavado a mano, suponiendo que el agua caliente funcione continuamente, lo que no siempre es el caso en todos los hogares. De hecho, ciertas prácticas a la hora de limpiar los platos pueden reducir significativamente el impacto ecológico de esta tarea doméstica, hasta un 70 % según los investigadores. Esta reducción podría hacer que el lavado a mano fuera ligeramente más eficiente que el uso del lavavajillas.
Por ejemplo, para reducir el consumo de agua al lavar a mano, es aconsejable llenar primero una cubeta de agua caliente para poner la vajilla en remojo, y luego aclararla en una segunda cubeta de agua fría. Este sencillo método evita utilizar demasiada agua durante el proceso de lavado, y puede reducir significativamente el consumo de agua.
A los que hayan optado por un lavavajillas, les recomendamos que raspen previamente los restos de comida (sin enjuagar los platos, por supuesto), que sólo lo pongan en marcha cuando esté lleno para maximizar su eficacia y que eviten el modo "secado por calor" para reducir al mínimo el consumo de energía.
Por último, los expertos señalan que no necesitas un lavavajillas si sólo lo pones en marcha una vez a la semana, ya que lo ideal es utilizarlo al menos cuatro veces por semana durante 10 años para amortizar la huella de carbono sólo de su fabricación. Si optas por un lavavajillas, también deberías considerar el mercado de segunda mano y buscar la certificación «Energy Star», un programa del gobierno estadounidense diseñado para promover el ahorro de energía en Estados Unidos y utilizado en Canadá, Australia y la Unión Europea.
Referencia de la noticia:
Geo/Ecohabitation/La Presse