La problemática de la desextinción: revivir el pasado para crear un futuro incierto

Si los científicos están más preocupados por saber si pueden en lugar de saber si deben, resucitar especies extinguidas puede ser un problema para ellas... y también para nosotros, los humanos.

Jurassic Park
En Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993), se critica al espíritu empresarial sin restricciones y la innovación irresponsable, en momentos en que los científicos estaban cada vez más cerca de poder manipular el ADN.

En 1952, el escritor estadounidense Ray Bradbury publicó un cuento de ciencia ficción llamado “El sonido de un trueno” (A sound of thunder”), uno de los diez cuentos con más reimpresiones del género a nivel global.

Como hilo argumental, Bradbury toma los viajes a través del tiempo, donde una empresa llamadaSafari en el tiempo S.A.” promete llevar a sus clientes de viaje al pasado para que puedan cazar animales dinosaurios, tras el pago de una abultada suma de dinero.

Antes de iniciar el viaje, los cazadores son advertidos de que, para evitar la paradoja del viaje en el tiempo, deben ser muy cuidadosos de seguir al pie de la letra las instrucciones de los guías, quienes les advierten en numerosas ocasiones que no deben modificar nada durante su estancia en el pasado, ya que “el cambio más leve puede provocar importantes alteraciones en el futuro”. Por ello sólo pueden disparar a aquellos animales que los guías les indiquen, porque son animales que están a punto de morir, y sólo está permitido moverse sobre un sendero antigravitatorio que se mantiene flotando sin tocar la superficie, con el fin de impedir que el pasado se altere de algún modo.

El sonido
Fotograma de la película de 2005 basada en el cuento "A sound of thunder", de Ray Bradbury

No vamos a contar el final, pero les daremos una pista: “El sonido de un trueno” es una exploración ficticia del efecto mariposa, o la "dependencia sensible en condiciones iniciales" según palabras del meteorólogo y matemático estadounidense Edward Lorenz. Bradbury, casi 10 años antes de publicarse el trabajo de Lorenz y de que el término fuera acuñado, describe los efectos derivados de la teoría del caos.

El efecto mariposa

En el cuento de Bradbury, los cazadores de 2055 (tal el año en que transcurre la historia), pagaban una fortuna por viajar al pasado para cazar un Tiranosaurio Rex. Si bien la posibilidad de viajar en el tiempo es lejana aún, las posibilidades de poder traer un T.rex al presente son un poco mayores. De hecho, el cine y con un poco -o bastante- de fabulación, nos ha hecho ilusionar con la posibilidad de poder contemplar su espectacularidad mientras se desplaza por la Isla Nublar, una isla ficticia situada a casi 200 km al oeste de Costa Rica.

sound of thunder
La teoría del caos o el efecto mariposa, es evidente en las posibles consecuencias de volver a traer al planeta, animales que han desaparecido. Bradbury la da a conocer 10 años antes que la formalidad científica mediante un paper publicado por Edward Lorenz

La posibilidad de desextinguir especies ha sido la fantasía de lectores, espectadores y científicos, quienes -utilizando los recientes avances científicos relacionados con la ingeniería genética-, están transformando la ciencia ficción en realidad.

“Sus científicos estaban tan preocupados por si podían, que no se detuvieron a pensar si deberían”. Dr. Ian Malcolm (Jeff Goldblum en Jurassic Park)

Pero por más que se puedan desextinguir especies con relativo éxito, debemos tratar de evitar lo que hizo fracasar el proyecto de John Hammond en Jurassic Park, ya que manipular la naturaleza es demasiado peligroso como para dejarlo en manos humanas. Desextinguir especies mediante ingeniería genética no solo tiene grandes incógnitas en el laboratorio o con los dilemas éticos que despierta: la naturaleza y el entorno, sumados al potencial efecto mariposa (teoría del caos) de todas las variables, suelen pasar a un segundo plano cuando se trata de volver a la vida especies extinguidas.

El animal desextinguido nunca será el animal extinguido

Si bien esta afirmación parece un trabalenguas, no lo es. Pese a los grandes avances en ingeniería genética y sus protocolos, el problema de base es que es muy difícil encontrar los genomas completos de un animal extinto.

Si bien se puede extraer sin problemas el ADN conservado en sus resto, no se dispone de toda la información genética para ¨fabricar” biológicamente a ese animal. Por eso, al igual que en Jurassic Park, para completar esos faltantes, se “rellenan los huecos” con ADN de animales vivos de los que sí se dispone de información genética íntegra. Y al igual que en Jurassic Park, el “relleno” puede hacer que algo falle, y de hecho el animal recreado no es el que fue, sino uno nuevo, diferente y su impacto en el entorno y las consecuencias de su existencia no las podemos conocer con anticipación, debido a la “teoría del caos”.

Colossal Biosciences Inc., empresa estadounidense de biotecnología e ingeniería genética que trabaja para extinguir varios animales extintos, y apoyada en una enorme campaña de prensa, anunció que trajo nuevamente a la vida al lobo gigante (Aenocyon dirus), extinto hace unos 10.000 años. Pero, a diferencia de la extracción de genomas de restos fósiles, aquí no se ha tomado como base el ADN del lobo terrible que inspirara al lobo huargo de la Casa Stark de la serie Juego de Tronos).

Colossal editó, con el sistema CRISPR-Cas9, el ADN de un lobo gris (Canis lupus) de la actualidad. Modificaron secuencias concretas de ADN de manera específica: donde los genes establecían la forma del cráneo, el pelaje y el tamaño de los dientes, entre otros atributos que definen al lobo gris, los cambiaron a voluntad para que el resultado fuera algo parecido al lobo gigante. Pero es sólo un lobo gris “personalizado”, un híbrido.

¿Desextinguir los entornos?

Cuando el lobo gigante existía, el planeta era diferente. Estaba entrando en un periodo de estabilidad climática donde los seres humanos comenzaron a domesticar animales y la agricultura, marcando el inicio de la era neolítica y de las primeras civilizaciones. Pero aún si Colossal pretende desextinguir el Dodo, animal que no ha habitado el planeta en los últimos 400 años, su hábitat ya no es el mismo. Las temperaturas han ido en aumento, el nicho ecológico que ocupaban esas especies es diferente o ya no existe, porque precisamente muchas especies desaparecen al modificarse el entorno.

Colossal biosciences
Colossal Biosciences Inc. anunció que trajo nuevamente a la vida al lobo gigante (Aenocyon dirus), extinto hace unos 10 000 años. Pero sólo creó un animal híbrido...

Al resucitar una especie la estaríamos condenando a vivir en un moderno zoológico, que recree las condiciones de su hábitat, pero que a su vez las aísle de otras especies de su nuevo entorno, ya que desconocemos cuales serían las consecuencias de esta interacción. Además, puede ser que estos animales sean una amenaza para la humanidad, por la potencialidad de transformarse en un vector de enfermedades desconocidas (recordar COVID-19).

Ante este panorama, la ética es la variable principal. SI bien no hay restricciones legales o técnicas para desextinguir especies, nos deberíamos preguntar sobre la finalidad de traer nuevamente a la vida a un mamut o cualquier otro animal extinto, como consecuencia de los cambios en su hábitat.

¿No sería mejor, en este contexto de cambio climático donde se estima que a fin de siglo desaparecerán hasta un 50 % de las especies actuales, dedicarse a proteger aquellas que aún hoy habitan nuestro planeta?

Pensándolo bien, esto también sería una cuestión ética.