No, Saturno no perderá su sistema de anillos. Al menos no en 2025
Debido a un efecto de la inclinación de los ejes de cada planeta, en marzo del 2025, el sistema de anillos no será visible, pero sólo desde nuestro punto de vista en la Tierra.
Distintos medios de comunicación científica y algunos otros no tan especializados, escriben en sus titulares "Saturno perderá sus anillos en 2025". Un ejemplo de que el clickbait funciona y funciona muy bien, aunque esto no sea cierto, del todo.
Para entender un poco lo que sucederá en 2025 tenemos que ponernos un poco técnicos, es decir, describir un par de elementos de la órbita del gigante gaseoso y su sistema de hermosos anillos.
Lo primero a entender es que la inclinación de su órbita con respecto a la eclíptica (o nosotros) es de 2.5 grados, algo muy pequeño pero importante. Sin embargo, la inclinación de su eje de rotación es de 27 grados, algo para tomar en cuenta.
Con estos datos en consideración y tomando en cuenta la propia inclinación de la Tierra (y traslación alrededor del Sol), sucede un fenómeno que se repite cada 14 años aproximadamente, los anillos del Saturno quedan de 'canto', desde nuestro punto de vista, pareciendo desaparecer debido a su delgadez.
Origen del sistema de Anillos
Los científicos se han preguntado durante mucho tiempo si Saturno se formó con los anillos o si los adquirió más adelante. La nueva investigación favorece la última teoría, indicando que es poco probable que tengan más de 100 millones de años.
Se han propuesto varias teorías sobre su origen. Si el planeta los obtuvo más adelante, los anillos podrían haberse formado cuando colisionaron pequeñas lunas heladas en órbita alrededor de Saturno, o tal vez por un tirón gravitacional de un asteroide o cometa que pasaba.
En su mayoría, son trozos de hielo de agua que varían en tamaño desde granos de polvo microscópicos hasta rocas de varios metros de diámetro. Están atrapados en un equilibrio entre la atracción de la gravedad de Saturno, y su velocidad orbital.
El campo magnético
Algunas partículas pueden cargarse eléctricamente mediante la luz ultravioleta del Sol o mediante nubes de plasma. Cuando esto sucede, las partículas pueden sentir la atracción del campo magnético de Saturno, que se curva hacia el planeta en los anillos de Saturno.
En algunas partes de los anillos, una vez cargados, el equilibrio de fuerzas sobre estas diminutas partículas cambia drásticamente y la gravedad de Saturno las atrae a lo largo de las líneas del campo magnético hacia la atmósfera superior.
Una vez allí, las partículas heladas del anillo se vaporizan y el agua puede reaccionar químicamente con la ionosfera de Saturno. Un resultado de estas reacciones es un aumento en la vida útil de las partículas cargadas eléctricamente llamadas iones H3+, que están formadas por tres protones y dos electrones.
Condenados a desaparecer
Los primeros indicios de que existía lluvia de anillos provinieron de observaciones de las Voyager de fenómenos aparentemente no relacionados: variaciones peculiares en la atmósfera superior (ionosfera) cargada eléctricamente de Saturno.
Variaciones de densidad en los anillos de Saturno y un trío de estrechas bandas oscuras que rodean el planeta en las latitudes medias del norte. Estas bandas oscuras aparecieron en imágenes de la brumosa estratosfera de Saturno tomadas por la misión Voyager 2 de la NASA en 1981.
A partir de las observaciones de las Voyager 1 y 2 realizadas hace décadas, una nueva investigación de la NASA confirma que Saturno está perdiendo sus anillos, los cuales están siendo atraídos hacia el planeta por la gravedad. Como si de una lluvia de polvo de hielo se tratara. Todo, debido a la influencia del campo magnético del gigante.
Dijo James O'Donoghue del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. A partir de esto, todo el sistema de anillos desaparecerá en 300 millones de años, pero si le sumamos el material que la misión Cassini detectó cayendo en el ecuador de Saturno.
Haciendo los cálculos pertinentes, tenemos que a los anillos les quedan menos de 100 millones de años de vida. Algo relativamente corto, en comparación con la edad de Saturno, que es de más de 4 mil millones de años.
Por lo que podemos estar seguros que los podremos ver por mucho tiempo más, a menos que estén en la misma linea de visión y "desaparezcan" momentáneamente, debido a la danza cósmica de nuestra familia, la familia del Sol.