Otra amenaza para la Antártica: la acidez de sus aguas podría duplicarse hacia 2100, afectando la biodiversidad
Un nuevo estudio, publicado en Nature Communications, proyecta que las aguas del Océano Austral podrían volverse dos veces más ácidas para finales de este siglo. Descubra más aquí con nosotros.
Los océanos actúan como amortiguadores contra el cambio climático, absorbiendo gran parte del dióxido de carbono (CO2) emitido en todo el mundo. Sin embargo, a medida que se disuelve más CO2 en los océanos, las aguas se vuelven más ácidas.
El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), publicado el año pasado, afirma que las emisiones de CO2 procedentes de las actividades humanas ya están provocando la acidificación de los océanos. El pH (una medida del grado de acidez o alcalinidad) del agua superficial de los océanos ha ido disminuyendo desde finales de los años 1980 (cuanto más bajo es el pH, más ácida es el agua). Y es muy probable que más del 95% de las aguas superficiales ya hayan sido afectadas por la acidificación antropogénica.
Y según un estudio reciente publicado en la revista Nature Communications, realizado por investigadores de la Universidad de Colorado en Boulder y el Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina, la acidez de las aguas costeras de la Antártica podría duplicarse a finales de siglo, amenazando la vida de las ballenas, pingüinos y cientos de otras especies.
Un océano Antártico más ácido en el futuro
Utilizando modelos computacionales, los investigadores simularon cómo cambiarían las aguas del océano Antártico en el siglo XXI. Proyectaron que, para 2100, los 200 metros superiores de las aguas oceánicas que rodean la Antártica —donde se encuentra gran parte de la vida marina— podrían experimentar un aumento significativo de hasta un 200% de acidez respecto al nivel de los años 1990. Y que la situación sería grave si el planeta no fuera capaz de reducir las emisiones globales de carbono.
De hecho, según Cara Nissen, autora principal del estudio, no es sólo la capa superior del océano, sino toda la columna de agua frente a la costa del océano Antártico, incluso en el fondo, la que podría sufrir una acidificación severa.
El estudio también destaca que el océano alrededor de la Antártica ya es susceptible a la acidificación, ya que el agua más fría tiende a absorber más CO2, y las corrientes oceánicas de la zona también contribuyen a la mayor acidez de las aguas. Y sugiere que sólo sería posible evitar esta grave acidificación en el escenario de menores emisiones, en el que las emisiones de CO2 se reduzcan rápida y agresivamente.
Consecuencias de la acidificación de los océanos
La acidificación del agua es una grave amenaza para la vida marina, ya que afecta directamente a los organismos calcificantes, como corales, crustáceos y moluscos. Esto se debe a que provoca una disminución en la cantidad de iones carbonato en el agua, dificultando la formación de los esqueletos y caparazones de estos animales. Esta situación puede afectar su desarrollo y capacidad de reproducción, poniendo en riesgo a sus poblaciones.
Además, una mayor acidez podría afectar a las especies de peces y plancton que forman la base de la cadena alimentaria marina, provocando un deterioro de los ecosistemas marinos. También supone una amenaza para la existencia de los arrecifes de coral, ya que utilizan carbonato de calcio como soporte, y esta sustancia se disuelve en aguas más ácidas.
E indirectamente, esta acidificación impactaría en la vida humana, ya que los peces y crustáceos son fuentes de alimento (e ingresos) para millones de personas en todo el mundo.
Referencia de la notícia:
Nissen, C. et al. Severe 21st-century ocean acidification in Antarctic Marine Protected Areas. Nature Communications, v. 15, 2024.