Pasaremos de El Niño a La Niña en el Pacífico en 'un abrir y cerrar de ojos': nuestro experto en clima explica el motivo
Ante la retirada de El Niño los modelos pronostican la rápida llegada de La Niña. Acá repasaremos algunos conceptos para entender por qué ocurre esta transición.
El Niño 2023-2024 está debilitándose y los modelos empiezan a pronosticar la vuelta de La Niña para el segundo semestre de 2024. Recordemos que previo a este evento El Niño, condiciones La Niña prevalecieron por tres años consecutivos, reforzando las condiciones negativas para las precipitaciones invernales en Chile centro-sur.
Señales bajo el mar
Una señal observacional de la posible llegada de La Niña, es la presencia de anomalías negativas de temperatura del mar bajo la superficie. Esto según los últimos análisis, en los que se puede ver cómo dos ondas oceánicas Kelvin de afloramiento se han propagado desde el Océano Pacífico occidental hacia el Pacífico central y oriental favoreciendo el enfriamiento paulatino desde occidente a oriente en el Pacífico ecuatorial.
Estas anomalías de temperatura por debajo de la superficie son la fuente para futuras anomalías en la superficie del mar. Es por esto que es importante monitorear lo que sucede bajo el mar.
Además de saber que existe sustento para pensar que en el segundo semestre se pueda establecer un evento La Niña es importante recordar algunos conceptos que pueden ayudar a entender por qué esto ocurre.
Pasando de un evento El Niño a uno La Niña
Cuando se establece un evento El Niño, además de calentarse el océano Pacífico ecuatorial se generan otras importantes anomalías. Por ejemplo, la presión se intensifica en el Pacífico occidental y se debilita cerca de Sudamérica, fenómeno que es conocido como la Oscilación del Sur.
Esta diferencia de presión que se produce entre el Pacífico occidental y Sudamérica provoca que los vientos alisios se debiliten, haciendo que el afloramiento de aguas frías se debilite y se caliente la costa cercana a Perú y Ecuador para luego propagarse el calentamiento hacia el Pacífico central.
El calor que se genera con el establecimiento de El Niño comienza a ser disipado desde el ecuador hacia los polos en un mecanismo que suele ser bastante eficiente, dado que la anomalía de los vientos alisos es grande. Esta "descarga" de calor es el comienzo del enfriamiento que llevará a un evento La Niña.
Como las anomalías de viento que se producen durante los eventos El Niño son más intensas que las que se producen durante los eventos de La Niña, el proceso de "descarga" de calor es más eficiente que el proceso de "carga" posterior. Por esta razón es que, después de un evento El Niño, típicamente viene un evento La Niña, sin un periodo de neutralidad extenso entre ambos.
En cambio, cuando se produce un evento La Niña, no necesariamente se produce un evento El Niño posterior. Incluso es probable que después de un año La Niña venga otro año La Niña, sobretodo si El Niño anterior fue intenso. Todo debido a que la "carga" de calor no es eficiente.
En el caso actual, se espera que se desarrolle La Niña inmediatamente después de El Niño 2023-2024 que, como fue un Niño bastante intenso, no sería de extrañar que derive en un periodo prologando de La Niña. Eso lo sabremos más adelante.