¿Todo pasado fue mejor? Las razones por las que sentimos nostalgia
¿Para qué sirve la nostalgia? ¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando recordamos con añoranza? ¿Tiene algún sentido evolutivo? En la era de pandemias, sagas y remakes, la ciencia trae nuevas respuestas a viejas preguntas.
Es curioso que esta época de avances tecnológicos sin precedentes, con viajes espaciales, inteligencia artificial y dinero electrónico, coincida con el auge de un sinfín de remakes de décadas pasadas. Barbie, Indiana Jones, Maverick, rompen las taquillas y confirman que el público sigue amando lo que alguna vez amó.
Quizá, estas películas, canciones, dibujos animados nos trasladen a un pasado en que fuimos más felices y al que añoramos volver. Pero, ¿es verdad que fuimos más felices? Y si fuimos más felices ¿de qué nos sirve recordarlo?
La nostalgia es un sentimiento complejo. Mixto. Agridulce por definición, ya que incluso los recuerdos más alegres portan el dolor de estar en un pasado que ya no volverá.
A lo largo de la historia, y hasta bien avanzado el siglo XX, la nostalgia se consideró una enfermedad con síntomas desadaptativos, como tristeza, desgano e insomnio.
Recién en 1979, el sociólogo norteamericano Fred Davis la describió como un anhelo sentimental por personas, lugares o situaciones que nos hicieron felices en el pasado.
Desde entonces, la nostalgia despierta interés en neurólogos, psicólogos y psiquiatras, paradójicamente, por sus efectos positivos en el bienestar de las personas.
Recordarte es un hermoso lugar: para qué sirve la nostalgia
¿Sirve para algo la nostalgia? Los especialistas dicen que evocar sentimientos entrañables a través de música o películas ayuda a reponer nuestro sentido del yo, nuestra identidad.
“Nos da una forma de pensar sobre quiénes somos y nos ayuda a dar sentido a nuestro propósito en la vida", explicó Krystine Batcho, profesora de psicología, a National Geographics.
Batcho, que trabaja en LeMoyne College, en Nueva York, investiga la nostalgia desde hace 30 años, escribió libros y hasta difundió un inventario-autotest de la nostalgia, para medir con qué frecuencia e intensidad las personas sienten nostalgia.
En momentos difíciles, ver películas y escuchar música de nuestro pasado puede ser útil y hasta saludable. "Los medios de nuestro pasado nos reconfortan emocionalmente, pero también satisfacen una necesidad cognitiva: fomentan la creencia de que las cosas irán mejor porque ya han ido bien antes", afirmó Batcho.
Las dificultades del hoy pueden no sólo ser personales, sino sociales, e incluso globales. Algunos estudios han indagado en el rol de la nostalgia durante la pandemia, como una forma de afrontar la soledad y el aislamiento social.
“Las personas pueden estar especialmente motivadas para consumir medios (de comunicación) que induzcan nostalgia en tiempos de crisis”, dice un estudio que analizó la nostalgia, el escapismo y el bienestar durante las primeras etapas de la pandemia del COVID19.
Sin embargo, recordar con añoranza no siempre es positivo. Las evocaciones de una infancia feliz pueden entristecer a quienes sufren depresión. El motivo está en que “no encuentran concordancia entre el yo positivo de sus recuerdos y la percepción negativa que tienen de sí mismas en el momento presente”, explicó la psicóloga Ju a Joormann, de la Universidad de Miami.
Calle melancolía: neurología de la nostalgia
Por supuesto, la nostalgia sucede en el cerebro. Ziyan Yang, catedrática del Instituto de Psicología de la Academia China de las Ciencias, encabezó un estudio sobre los patrones de actividad cerebral de la nostalgia.
Sostiene que la nostalgia involucra el procesamiento de la autorreflexión, en la corteza prefrontal medial, corteza cingulada posterior y precuneus; el procesamiento de la memoria autobiográfica, en el hipocampo, la corteza prefrontal medial; el procesamiento de regulación emocional, en la corteza cingulada anterior y corteza prefrontal medial; y también procesamiento de recompensas, en el cuerpo estriado, el área tegmental ventral y la corteza prefrontal ventromedial.
Otro experimento indagó en el potencial analgésico de la nostalgia, y sus efectos en la percepción del dolor. Los investigadores indujeron nostalgia en los participantes, a través de fotos y recuerdos, mientras que los sometían a diferentes tipos de molestias.
Descubrieron que las personas eran más capaces de soportar dolores si estaban expuestas a imágenes nostálgicas de su pasado. “Se ha demostrado que la nostalgia alivia la percepción individual del dolor provocado por el agua fría, la presión y los estímulos térmicos”. afirma el trabajo.
Según otra investigación, el estado de ánimo nostálgico es más común en días fríos. El experimento de Xinyue Zhou de la Universidad Sun Yat-Sen, demostró que las personas en habitaciones frías tienen más tendencia a evocar recuerdos del pasado que quienes están en habitaciones cálidas.
Otros estudios de imágenes cerebrales descubrieron que, en las mujeres, se produce actividad en estructuras relacionadas con la memoria y la recompensa, como el hipocampo, y estriado ventral.
“Es como cuando abrimos el armario donde guardamos la ropa y lo ligamos al olor del momento en el que nuestra abuela doblaba las sábanas cuando éramos niños. El recuerdo se ha visto estimulado por ese aroma y nos produce una activación del centro de placer”, explicó el científico cognitivo japonés Kentaro Oba.
El marketing y la publicidad también exploran los beneficios comerciales de inducir a la nostalgia. Se ha demostrado que las personas desarrollan actitudes más favorables hacia las marcas o productos que evocan nostalgia a través recursos como etiquetas, slogans, jingles, que logran aumentar las intenciones de compra y el consumo de algunos productos.
Te extraño, te olvido, te amo: ¿olvidar el dolor para poder vivir?
“Benditos son los olvidadizos, le ganan la batalla hasta a sus errores”, dice la frase de Nietzsche, citada por el personaje Mary, en la película Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, una obra maestra sobre el olvido, la memoria y el amor.
Efectivamente, nuestro cerebro atenúa el recuerdo de los dolores del pasado. "Los recuerdos de la nostalgia no siempre son buenos. A veces son agridulces o incluso tristes", explica Yang. "Pero incluso los malos recuerdos que nos vienen a la mente parecen más positivos porque los vemos a través de un filtro teñido de rosa".
Se cree que esto tiene una función netamente evolutiva. "Es una función de supervivencia de la especie que podamos pasar por alto las partes malas del pasado. Si la gente recordara las cosas fielmente al original, la mayoría de las mujeres nunca querrían tener más de un hijo", dijo la investigadora.