Un grupo de geógrafos y climatólogos avisan en Science: el cambio climático agravará las megasequías
Un reciente estudio global revela que las megasequías no solo son cada vez más frecuentes y severas, sino que también están transformando drásticamente los ecosistemas de nuestro planeta.
Las megasequías representan eventos extremos de sequía que se extienden por amplias regiones y persisten durante varios años o incluso décadas. Un reciente estudio, publicado el pasado 16 de enero del presente año, ha analizado cómo estos eventos han evolucionado desde los años 80, destacando su creciente frecuencia, intensidad y duración.
Una visión global de las megasequías
El estudio muestra que las megasequías han ocurrido en todos los continentes, excepto en la Antártida, desde 1980. En regiones como el suroeste de Estados Unidos, Amazonia y el Congo, se han identificado eventos especialmente devastadores. Estas sequías no solo se han vuelto más frecuentes, sino también más cálidas y secas, con impactos profundos en la vegetación y los ecosistemas.
Los investigadores también detectaron un aumento significativo en el déficit de precipitaciones y las temperaturas durante estos eventos. En algunas zonas, como las regiones tropicales, los patrones climáticos globales, han exacerbado las sequías, extendiendo sus efectos más allá de los trópicos. Además, los círculos de retroalimentación entre el suelo, la atmósfera y la vegetación agravan las condiciones de sequía, particularmente en zonas áridas.
Impactos en los ecosistemas
El impacto de las megasequías varía según el tipo de ecosistema. En las regiones tropicales, por ejemplo, la vegetación ha mostrado una resistencia notable, aunque persisten controversias sobre cómo responden los bosques tropicales durante estos eventos.
En las praderas templadas, en cambio, las megasequías han provocado una caída drástica en la productividad vegetal, con transformaciones significativas en la composición de las comunidades de plantas.
Por otro lado, en los biomas boreales y tundras del norte, los efectos de las megasequías han sido menos evidentes debido a que la vegetación de estas regiones depende más de la temperatura que del agua.
La importancia de estos estudios
Los estudios son fundamentales para comprender mejor los factores que impulsan las megasequías y sus impactos. Al analizar eventos ocurridos en otras regiones del mundo, podemos identificar patrones comunes y estrategias que podrían aplicarse para mitigar los efectos de la sequía.
Por ejemplo, el trabajo destaca la importancia de abordar las sequías como eventos de larga duración, en lugar de centrarse solo en períodos anuales o estacionales. Esto implica desarrollar estrategias que consideren tanto los efectos inmediatos como las consecuencias acumulativas en los ecosistemas y las comunidades.
Mirando hacia el futuro
El cambio climático está intensificando los eventos extremos, incluidas las megasequías. En un escenario donde estas condiciones podrían volverse más comunes, es crucial fortalecer las políticas de gestión hídrica y planificación territorial.Esto incluye medidas como la protección y restauración de ecosistemas clave, la promoción de tecnologías más eficientes en el uso del agua y la implementación de sistemas de alerta temprana.
La investigación también nos recuerda que la solución a los desafíos que plantean las megasequías requiere colaboración internacional. Compartir conocimientos y experiencias entre países afectados por estos eventos es clave para encontrar respuestas más efectivas y sostenibles.
En última instancia, entender las megasequías no solo nos ayuda a prepararnos para el futuro, sino que también nos desafía a repensar cómo manejamos nuestros recursos naturales en un mundo cada vez más vulnerable a los extremos climáticos.
Referencias
-Liangzhi Chen et al., Global increase in the occurrence and impact of multiyear droughts. Science 387, 278-284(2025). DOI:10.1126/science.ado4245
- Boisier, J. P., Rondanelli, R., Garreaud, R. D., & Muñoz, F. (2016). Anthropogenic and natural contributions to the Southeast Pacific precipitation decline and recent megadrought in central Chile. Geophysical Research Letters, 43(1), 413-421.