Una colisión entre planetas pudo haber originado un nuevo objeto astronómico: ¿qué podría ser?
Un grupo de astrónomos ha observado la colisión de dos planetas, dando lugar a una nueva estructura que no se había observado antes. Comprender esta colisión puede darnos una respuesta a cómo se formó la Luna cuando la Tierra era aún joven.
Una de las hipótesis para la formación de la Luna es que un planeta del tamaño de Marte pudo colisionar con la Tierra en los albores del sistema solar. Además de dar lugar a la Luna, la colisión también podría haber provocado la inclinación de la Tierra, dando lugar a las estaciones que conocemos hoy en día.
Es de esperar que cuando se forme un nuevo sistema planetario se produzcan colisiones con mayor frecuencia. Esto se debe a que los objetos aún se están formando y diferentes objetos pueden acabar interfiriendo en la misma órbita. Se espera que algo similar haya ocurrido con la Tierra y un planeta llamado Theia.
Por primera vez, un grupo de astrónomos ha podido observar la colisión entre dos planetas y el resultado que se produce. Se dieron cuenta de la formación de una estructura que podría explicar por qué la luminosidad de las estrellas parece debilitarse de la nada.
¿Cómo se forma un sistema planetario?
La hipótesis más aceptada en la actualidad es la nebular. Según esta hipótesis, las nubes inestables de hidrógeno molecular acaban colapsando en esferas que giran para formar estrellas. Parte del gas circundante también colapsa para formar planetas.
Recientemente, ALMA ha conseguido captar imágenes de discos en proceso de formación de planetas alrededor de una estrella. Este proceso es complejo y aún quedan varias cuestiones pendientes para explicar la formación.
Sistema solar emergiendo de una nube
Según la hipótesis nebular, el sistema solar surgió de una nebulosa. Aún no se sabe exactamente qué provocó el colapso de esta nube de gas. Algunas investigaciones sugieren que la supernova de una estrella cercana liberó energía suficiente para que la nube se colapsara.
Parte de la razón es que el intenso efecto gravitatorio del Sol hace que la parte interior sea un poco más caótica e inestable que la exterior. Ésta es una de las razones por las que sólo se han podido formar planetas gigantes en el exterior.
El caótico mundo que habitaba la Tierra
Se calcula que en el interior del sistema solar se formaron decenas e incluso centenares de protoplanetas. Con el gran número de protoplanetas y la interacción gravitatoria del Sol, era habitual que colisionaran para formar objetos mayores.
Esto ocurrió probablemente con el protoplaneta que daría lugar a la Tierra y un protoplaneta llamado Theia. Esta colisión probablemente dio lugar a una nube de polvo, roca y gas que más tarde formó la Luna.
El sistema planetario ASASSN-21qj
Después de que el observatorio ASASSN les alertara de un cambio en el brillo de la estrella ASASSN-21qj, el grupo centró su atención en ella. La luz de la estrella parecía haber disminuido y también encontraron pruebas de que la estrella había aumentado su brillo en el infrarrojo momentos antes de empezar a disminuir.
Este repentino cambio de brillo es inusual para una estrella de la secuencia principal y similar al Sol. Esto llamó la atención de los investigadores, que empezaron a barajar una hipótesis: dos planetas gigantes colisionaron frente a la estrella.
La idea era que la colisión entre los dos planetas creó el pico infrarrojo visto anteriormente y tras la colisión se formó una estructura llamada sinestia. La sinestia sería una estructura con forma de rosquilla formada por restos de la colisión. La sinestia pasaría por delante de la estrella y daría la impresión de que el brillo de ésta ha disminuido.
¿Una posible explicación de lo ocurrido en la Tierra?
Observar la colisión entre dos planetas puede darnos pistas sobre lo que ocurrió en la historia de nuestro propio planeta. Algunos sugieren que una estructura similar a la sinestia fue responsable de la formación de la Luna.
Además, este descubrimiento podría explicar el oscurecimiento de varias estrellas. Una de las más recientes fue Betelgeuse, que se oscureció en 2021 y más tarde se descubrió que la causa era una nube de gas que pasaba por delante de la estrella.
Próximos pasos
La idea es seguir observando los próximos momentos del sistema. El grupo propone utilizar el telescopio James Webb para comprender la dinámica del sistema en el infrarrojo. Observar lo que ocurre ahora podría decirnos lo que le ocurrió a nuestro planeta hace miles de millones de años.